Cambio climático y mariposa monarca

Cada otoño del hemisferio norte, las mariposas monarca se dirigen hacia el sur a pasar el invierno en México. Un nuevo estudio indica que en un tiempo más las monarcas en migración se encontrarán con que no tienen un lugar donde ir.

Los refugios mejicanos de las monarcas tendrán un clima más húmedo en los próximos 50 años y es probable que la combinación de humedad creciente y una temperatura menor hagan inhabitables los refugios. El estudio fue conducido por Karen Oberhauser, profesora auxiliar de industrias pesqueras, fauna y biología de la conservación en la universidad de Minnesota. Los resultados serán publicados en la semana del 10 de noviembre en los Proceedings of the National Academy of Sciences Early Online Edition.

Las monarcas pasan el invierno en bosques de abetos en áreas montañosas de México central. Los inviernos allí son frescos, pero mientras no sean demasiado húmedos los insectos sobreviven para retornar, en una nueva migración al norte, en la primavera. Pero conociendo los cambios que se están produciendo en el clima de la Tierra, Oberhauser y su colega A. Townsend Peterson de la Universidad de Kansas decidieron determinar si las condiciones futuras de los inviernos en los refugios mejicanos continuarían dando soporte a las poblaciones de la mariposa.

Usando la técnica de modelado del nicho ecológico, los investigadores determinaron en detalle los rasgos climáticos que son comunes en los sitios que resultan convenientes para las monarcas. Esos rasgos les permitieron predecir las localizaciones actuales de las poblaciones de monarca con un alto grado de exactitud. Entonces compararon las características de clima que son convenientes para las monarca con los rasgos climáticos que se predicen para los sitios en México durante los 50 años próximos.

Todos los modelos actuales para el clima predicen más tormentas en los lugares en donde los monarcas pasan el invierno, dijo Oberhauser. Cuando los bosques mejicanos, que ya son bastante frescos, se hagan más húmedos durante el período invernal, la humedad creciente dará lugar a tormentas más frecuentes, llevando al clima fuera del rango de condiciones necesarias para la vida de las monarcas.

"No se predice que las condiciones que las monarcas necesitan para sobrevivir existan en ningún lugar cercano de los actuales sitios de invernación", dijo Oberhauser. "La temperatura no cambiará mucho, pero la combinación del frío y la lluvia creciente las afectará."

Los problemas de las monarcas resultan empeorados por la actividad humana en el área, dijo ella. El desmonte de los bosques para la agricultura, el uso de madera para fuegos caseros, el ganado que pasta allí y los fuegos intencionales del bosque ya han reducido mucho el espacio que cuentan las monarcas en el invierno. Además, en el 2002 las tormentas de invierno en los bosques mejicanos de abetos causaron una mortalidad masiva de la monarca, lo que indica que las tormentas serán un determinante importante de su supervivencia.

"Este estudio demuestra que al tomar decisiones para la conservación, es importante considerar que el clima cambia", dijo Oberhauser. "Los organismos necesitan tener un habitat que los sostenga ahora y en el futuro. Es también un ejemplo del impacto a gran envergadura de un clima cambiante. Los organismos se han adaptado para sobrevivir en condiciones muy específicas, y la combinación de la pérdida del habitat y de un clima que cambia podría tener grandes consecuencias."

El estudio representa el primer uso del modelado del nicho ecológico para predecir las distribuciones estacionales de una especie migratoria ante los cambios de clima. Oberhauser y Peterson ahora utilizarán la técnica para estudiar cómo les irá a las monarcas en sus áreas de cría dentro de los Estados Unidos. Si las áreas de cría de verano se corren hacia al norte a causa del calentamiento global, puede ser que las monarcas deban emigrar mayores distancias, dijo Oberhauser.

Aunque puede ser que las mariposas monarca no sean la piedra angular de un ecosistema, su pérdida se debe sentir, y se sentirá, dijo ella. "Si perdemos a las monarcas, perderemos una especie con una biología única e interesante, y un organismo que ayuda a mucha gente a conectarse con el mundo natural", dijo Oberhauser. "Es es un ejemplo de cómo podemos valorar partes del mundo natural sin poner la figura del dinero en ellos."